viernes, 16 de octubre de 2009

La selección adversa en la política

La selección adversa se define en economía como un problema de información asimétrica, donde una de las partes intervinientes posee más información que la otra. Este término ha sido extendido al campo de la ciencia política para describir el proceso por el cual los representantes de la sociedad no terminan de cubrir las expectativas de sus representados, dejando la sensación de que cuadros políticos más valiosos podrían ocupar esos lugares.

Esquemáticamente lo que sucede en la política es muy similar al caso presentado por George Akerlof en su análisis del mercado de automóviles. En dicho caso, a un precio dado (p) los vendedores estarían más dispuestos a vender autos en mala condición que autos en buena condición (no sabiendo los compradores diferenciar entre un auto bueno y uno malo, en este punto se basa el concepto de información asimétrica), guardando los automóviles buenos para ellos. Así, como los compradores intuían que los vendedores, a un precio dado, intentarían venderles los autos malos, se retiraban del mercado, deprimiendo el precio, lo que traía como consecuencia que menos autos buenos se ofrecerían al nuevo precio p´< p.

En la política, los autos malos vendrían a estar representados por los políticos de partido o ¨burócratas partidarios ¨, personas que han dedicado su tiempo a la militancia pero que tal vez no representan los aportes más valiosos al partido, en muchos casos, dependientes económicamente de su permanencia en las estructuras partidarias. Los autos buenos, vendrían a estar representados por aquellas personas que, con un similar compromiso político, han desarrollado una actividad por fuera del partido, pero serían un muy buen aporte para el mismo. El precio podría aproximarse a la valoración que hace la sociedad de sus representantes políticos, no pudiendo diferenciar completamente entre buenos y malos políticos. El fin último de los malos políticos es perpetuarse en sus puestos, lo cual les aseguraría la captación de una renta que, con el paso del tiempo, se ha convertido en su único medio de subsistencia.

De esta manera, generan mecanismos de barreras a la entrada de los buenos políticos. Estas barreras (que podrían ser los malos manejos que realizan) deprimen la valoración que la sociedad hace de su dirigencia, ya que perciben que el nivel de la misma se deteriora. Cerrando el circulo vicioso, este deterioro en la apreciación deprime la oferta de buenos políticos, ya que no encuentran incentivos para inmiscuirse en algo tan mal visto, surgiendo clásicos latiguillos como el ¨no te metás ¨ o ¨eso esta todo podrido ¨, provocando -involuntariamente- que lo único que se ofrezca en el mercado de representantes son malos políticos.

Agrupación Lealtad Camporista